"PERALES SOMOS TOD@S"

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29 de abril de 2013

Opinión*: Las Koplowitz se mudan a Morata

Llevamos meses viendo una gran campaña publicitaria de Portland Valderrivas sobre su cementera de El Alto y los beneficios de su nuevo proyecto para usar residuos como combustible. Antes de nada, agradecerle a Portland dicha campaña en la Voz del Tajuña, pues esos ingresos servirán para mantener nuestra muy querida revista comarcal durante más tiempo en estos momentos tan difíciles. Poderoso caballero es Don Dinero. Quienes se oponen a este proyecto defendiendo el bien común, no tienen apenas medios, lo hacen de manera desinteresada.
 
Con todo, lo que a mí me llama la atención son las cosas que la empresa NO dice en algunos de los puntos que defiende:

Sostenibilidad
Portland pertenece a FCC, quien se encarga de gestionar la basura de la Comunidad de Madrid, entre otras ciudades. Este proyecto les vendrá de lujo para deshacerse de ella, “sosteniendo” sus pingües ingresos. La reducción de gases de efecto invernadero (que no de otros efectos), tampoco les sale mal. Manipulando el Protocolo de Kioto, Portland se embolsó casi 100 millones de € en el periodo 2008-2010. Calderilla para ellos, pero ganada sin haber hecho nada. Sin duda “valorización de residuos”, se mire como se mire.

Menor explotación de recursos naturales
Si los envases y demás material que llevamos de nuestras casas al contenedor amarillo no van a ser re-ciclados (“de vuelta al ciclo para ser transformados en otros objetos”) sino quemados, se necesitará extraer más materia prima para la producción de esos otros objetos. Portland necesitará menos para su funcionamiento, pero la sociedad en su conjunto, más. Otro punto clave aquí es la pérdida de la inversión realizada por las administraciones públicas para fomentar el reciclaje. En realidad, al final estaremos separando para hacerles la vida más fácil a las incineradoras (u hornos que queman residuos, llamémoslos x)
Relación con la sociedad
En su web explican su participación en proyectos sociales, entre ellos la campaña de Comercio Justo de Intermón-Oxfam con países del “tercer mundo”. Mientras, en España, Portland Valderrivas y otras 4 empresas eran multadas por la Comisión Nacional de la Competencia por fijar precios y repartirse el mercado del norte de nuestro país, actuando como un cártel. Con tanta demagogia, me pregunto si su campaña de recogida de juguetes, ropa y alimentos, va en realidad destinada a lograr más material para sus hornos.

Empleo
¿Creará empleo? Se trata únicamente de cambiar el combustible que ahora utilizan por otro, con lo que no necesitarán más mano de obra. ¿Mantendrá los puestos de trabajo? Tal vez, pero no está garantizado. Es razonable que los trabajadores y sindicatos lo defiendan por si acaso, pero hay multitud de ejemplos en los que al final han acabado de patitas en la calle también. De hecho, cabría pensar que la nueva gestión de residuos urbanos necesitará menos personal. Y recordemos que FCC sigue con sus EREs...

Por otro lado, con un público cada vez más preocupado por la salud, la posible contaminación hará que los productos de la Vega pierdan valor competitivo, destruyendo empleo. ¿Aceite, vino, ajos... productos sanos de huertas al lado de una incineradora? No hay (todavía) estudios científicos sobre su afección en nuestros pueblos, pero los consumidores ya tendrán la duda.

Las empresas, no se nos olvide, miran por sus beneficios, y es legítimo. Tan legítimo como que los ciudadanos velemos por nuestro bienestar, sin distinguir colores, y con o sin ayuntamientos que miran sólo por 4 años -o los 2 que les quedan ya.

Salud
Con respecto al riesgo de decenas de tipos distintos de patologías y cáncer demostrados en los informes de Fernando Palacios, no diré que me alarman, aunque me los creo. Entre otras cosas, porque desde Portland tampoco dicen que hay muchas sustancias que todavía no están obligados por ley a medir, de las cuales se desconocen aún sus efectos nocivos. También ha pasado ya en otras partes. Como siempre, hasta que no sucede algo grave, ahí queda la duda y por el beneficio de unos pocos acabaremos pagando todos.

El cáncer me tocará sí o sí, lo he vivido de cerca en seres queridos, así que cuando me llegue ya veré cómo lo manejo. Pero lo que no me apetece es adelantar su llegada. Como dicen nuestros mayores, “la salud no se paga con dinero”. Bueno, ahora ya sí, por eso mejor cuidarla... como hacen las Koplowitz, viviendo alejadas de los humos de las empresas que tantos beneficios les dan.

gloria bermejo

 

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